Fuente: Imágenes educativas
La lectura es de vital importancia para todas las áreas de la vida, por medio de ella se adquieren una buena cantidad de conocimientos que ayudan a mejorar el desempeño en cada labor desempeñada, ya sea en el ámbito profesional, familiar o social. Es muy importante que desde niños las personas adquieran el hábito de la lectura, para tener un amplio léxico y adquirir diferentes conceptos éticos.
A continuación vamos a nombrar algunos consejos para fomentar la lectura, que hará más fácil esta labor tanto con los niños, como con los adultos.
—Organizarse: la desorganización puede estar reñida con la lectura. Por eso los pediatras recuerdan que es importante ayudar a los niños a organizar su tiempo y su biblioteca.
—Ser constantes: todos los días hay que reservar un tiempo para leer, en momentos relajados y con buena disposición para ello.
—Pedir consejo: es importante pedir consejo en el colegio, las bibliotecas y las librerías sobre los libros más adecuados para cada niño y cada edad.
—Escuchar: en las preguntas de los niños y los adolescentes está la clave para aprender sobre sus gustos y motivaciones
—Estimular y alentar: cualquier situación puede proporcionar motivos para llegar a los libros. Por ello recomiendan dejar siempre libros al alcance de los niños.
—Dar ejemplo: las personas adultas son un modelo de lectura para niños y jóvenes, que muchas veces los imitan; es importante leer delante de ellos.
—Respetar: los niños tienen derecho a elegir. Hay que estar pendientes de sus gustos y de cómo evolucionan.
—Proponer, no imponer: es mejor sugerir que imponer. Hay que evitar tratar la lectura como una obligación.
—Acompañar: el apoyo de la familia es necesario en todas las edades. No conviene dejar a los niños solos cuando aparentemente saben leer.
—Compartir: El hábito de la lectura se contagia leyendo junto a los niños.
Los errores que más se comenten
La AEPap también dice a los padres lo que nunca hay que hacer:
—Crear contradicciones entre el método de la escuela y el empleado en casa.
—Emplear textos inadecuados por su extensión, por su interés o por su tema.
—Introducir un ritmo de aprendizaje excesivo.
—Repetir o enseñar lo ya sabido, provocando aburrimiento.