Cuando los estudiantes no consiguen los resultados esperados tras una evaluación, pueden desanimarse. Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools, ofrece cinco trucos para ayudar a que el alumnado mejore sus notas.
Fuente Educación 3.0. Editado por Eileen San Martín.
Cuando las notas del curso no han sido las esperadas por el alumnado, tienen por delante otras evaluaciones para sacar adelante el curso. Gracias a la evaluación continua, método que tiene en cuenta la progresión del alumno a lo largo del año, puede aprovechar para motivarles.
Con este método, podrán ir sumando notas y, a la vez, mejorarlas. “Algunos niños no empiezan con buen pie el año académico, consiguiendo unos resultados pobres o incluso malos en relación a su capacidad”, señala Ana Herrero, psicóloga y coordinadora del departamento de Orientación del grupo Brains International Schools.
Oportunidades para mejorar las notas
Las causas pueden ser múltiples y debe analizarse de forma particular cada caso para hallar las causas. “Como norma general, debemos fijarnos en los hábitos de estudio de los niños. Con unos pequeños ajustes en sus rutinas de estudio, podremos mejorar sus resultados”, explica Herrero. A su vez, ofrece cinco sencillos trucos para que los jóvenes saquen mejores notas.
Evitar el castigo
El estudiante debe saber que no ha cumplido con sus obligaciones académicas y que hay cierta preocupación por los resultados obtenidos. Lo más probable es que él tampoco se sienta satisfecho. De nada servirá castigar si no comprende el motivo y por qué debe cumplir con sus responsabilidades.
El castigo por sí solo ni educa ni enseña a hacer las cosas de forma correcta. Sin embargo, se le puede privar de algunos privilegios que solo podrá disfrutar cuando éste muestre y compromiso. Debemos centrarnos en ayudarle, confiando en él y haciéndole partícipe en la toma de decisiones sobre cómo mejorar en sus estudios. Castigarlo no servirá lo suficiente.
Buscar el momento adecuado para estudiar
Con una correcta planificación, los estudiantes pueden tener tiempo para desarrollar actividades necesarias para su formación, pero también para divertirse. Lo esencial es crear una rutina, buscando un horario fijo para dedicarla a la realización de deberes y al estudio. Es recomendable dedicar las primeras horas de la tarde para este cometido.
Organizar los tiempos
Estudiar de manera productiva es saber gestionar el tiempo. Lo adecuado es hacer una lista de tareas a realizar. Para ello, una agenda escolar es un buen método para saber qué se debe hacer por la tarde cuando el colegio ha acabado.
Cada tarea tiene que tener un tiempo de inicio y final, intercalando unos minutos de descanso en los que puedan estirar las piernas, beber agua… evitando, en todo momento, distracciones como los dispositivos móviles.
Descansar 8 horas
Unos buenos resultados académicos están marcados por una buena capacidad de concentración. Esto está vinculado al descanso de forma directa. Para que los estudiantes puedan atender adecuadamente a los docentes es necesario que duerman un mínimo de 8 horas.
Repasar antes de dormir
Si el estudiante tiene un examen al día siguiente, repasar lo estudiado antes de irse a dormir le ayudará a memorizar la información. Para ello, los esquemas son una buena herramienta para retener lo que ha aprendido y disponer de la información más importante de un simple vistazo.