Aprendizajes perdidos: Expertos proponen cambios a la educación a distancia y «nuclearización» de contenidos en 2021

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Por Natacha Ramírez en Emol

Tras el estudio del Banco Mundial y el Mineduc, especialistas plantean reducir el número de estudiantes en las clases virtuales y utilizar más los textos escolares. «El año académico 2020 va a tener que ser un año académico 2020-2021», aseguran.

Un reciente estudio realizado por el Ministerio de Educación, en conjunto con el Banco Mundial, cuantificó el impacto que estaría teniendo el cierre de las escuelas, debido a la pandemia, en los aprendizajes de los estudiantes chilenos.

El informe estima que si no se retoman las clases presenciales en un lapso de diez meses, los escolares del país podrían perder, en promedio, el 88% de los aprendizajes de un año, siendo los más afectados los alumnos del quintil más vulnerable, que dejarían de recibir el 95%.

¿Qué hacer para mitigar ese bache de aprendizaje durante la pandemia? La directora de Educación 2020, Alejandra Arratia, advierte que hoy «la conversación está tan volcada en la preocupación por el retorno a clases presenciales –que es una preocupación súper legítima–, pero es como si lo que estuviera pasando ahora (con la educación a distancia) fuera un paréntesis, como si no estuviera pasando nada». Ante eso, subraya que «necesitamos ayudar ahora a los niños, especialmente a los que están en condiciones más desventajadas, a poder sostener alguna trayectoria de aprendizaje» durante este año.

En ese sentido, dice que «con las clases suspendidas tanto tiempo, lo fundamental es potenciar y hacer un esfuerzo súper decidido a que las escuelas puedan tener la mejor conectividad posible con sus estudiantes» y «ayudar con planes de datos a los profesores para que puedan conectarse con sus estudiantes».

De hecho, el estudio del Mineduc y el Banco Mundial señala que solo el 40% de los escolares chilenos es parte de establecimientos que han entregado formación a distancia de manera masiva durante la pandemia, lo que baja al 27% en las escuelas más vulnerables.

El presidente del Colegio de Profesores, Mario Aguilar, también considera que «al menos por este año, el Ministerio de Educación debe focalizar sus esfuerzos en mejorar la educación a distancia, mejorando la conectividad de los alumnos que no la tienen, con entrega de internet gratis y de dispositivos con la capacidad de soportar formatos de videoconferencia». Dice que ese apoyo «debe ser directo a las familias» y también «a los docentes que no tienen el equipamiento necesario y que, de manera muy precaria, han estado realizando las clases a distancia».

Apunta además a «una articulación mayor con la televisión educativa, que se puede aprovechar mucho más, y generar algunos horarios por la señal principal, que también ayudaría muchísimo a todas las familias que no tienen conectividad adecuada».

Clases virtuales con menos alumnos y mayor uso de textos escolares

El académico de la Facultad de Educación UC, Fernando Murillo, también cree que se requiere «ahora ya, tomar medidas» en relación a la educación a distancia. Señala que un aspecto importante es que se trabaje «en grupos pequeños» y que, «en vez de que el profesor esté a cargo del curso completo, que por lo general son 45 alumnos, dividir por la mitad o en tercios, que sean en grupos de ojalá no más de 20, porque eso lo hace mucho más manejable».

Otro punto que considera clave es que haya «una retroalimentación del trabajo de los estudiantes mucho más cercana» de parte del profesor, pues comenta que «por lo que hemos sabido, hasta el momento ha habido un enfoque a la trasmisión de conocimiento y dar tareas, dar guías de trabajo, pero la percepción de los estudiantes es que no están recibiendo retroalimentación de cómo lo están haciendo, la sensación es que están rellenando guías eternamente sin saber cómo van avanzando, si van bien o qué les falta».

Dice que esa retroalimentación «puede ser un comentario por escrito o por voz, hay muchas formas de ir dando una indicación de cómo se está haciendo el trabajo; en los más chiquititos, el uso de stickers, todos ésos son métodos para dar información respecto de cómo vas avanzando, y que le permite al estudiante saber que el profesor está al tanto de lo que está haciendo».

También aboga por aprovechar mejor los textos escolares, pues hace ver que «es un recurso que todos tenemos a la mano» y que está siendo subutilizado durante la pandemia. «No todos los estudiantes tienen acceso a las plataformas digitales, pero hay un recurso que todos los estudiantes de Chile tienen, que es el texto que reparte el ministerio. Es un recurso que está instalado, que permite ir avanzando de manera ordenada, pero un porcentaje muy pequeño lo está usando y resulta sorprendente (…) Quizás, como estábamos todos con la ansiedad de usar zoom o todas estas tecnologías, nos olvidamos de algo que todos teníamos en la casa», señala.

Junto a lo metodológico, afirma que es primordial «fortalecer el vínculo afectivo entre profesores y estudiantes» durante la educación a distancia, ya que «está muy estudiado que eso tiene un impacto en el rendimiento escolar». «Es importante no perder de vista la necesidad de mantener ese vínculo más humano, no solo como trasmisor de contenidos; dejar espacios para poder escuchar cómo está cada alumno, que es un primer paso para estar en condiciones de avanzar a la discusión de conceptos matemáticos o de historia», señala.

En paralelo, se deben potenciar las habilidades de los alumnos para trabajar con mayor autonomía. Sobre esto, el estudio del Mineduc y el Banco Mundial indica que la educación a distancia requiere que el estudiante pueda aprender de una manera más autónoma y advierte que esa capacidad va decreciendo en el tiempo.

«Es algo en que los profesores pueden insistir (…) hay varias llegadas, como poner a disposición ciertos materiales que los estudiantes puedan seleccionar de acuerdo a sus propios intereses; o proponer un recorrido de trabajo que permita que el estudiante pueda ir a su propio ritmo, pero con marcadores que le permitan ir recibiendo retroalimentación cada cierto tiempo», plantea.

«Todas esas cosas que se pueden hacer ‘ahora ya’ para que no caigamos en estas predicciones que está haciendo el Banco Mundial; todavía estamos a tiempo de hacer algo», subraya.

En tanto, la directora de Educación 2020 apunta a «trabajar fuertemente desde la evaluación formativa» y con «estímulos que sean atractivos» para los estudiantes. Dice que para eso se requiere el aprendizaje esté «vinculado con el contexto de la casa, con un problema que a los alumnos les haga sentido, que despierte su motivación; por ejemplo, aprendizaje basado en proyectos, que permite que puedan ubicar una pregunta significativa para el contexto en que están y, desde ahí, tener experiencias de aprendizaje».

Abordar un tema desde distintas asignaturas

Otra línea de acción para mitigar la pérdida de los aprendizajes se deberá adoptar una vez que los estudiantes retornen a clases presenciales en los establecimientos. Aunque Arratia plantea que «es una fantasía pensar que van a volver y esos aprendizajes se van a recuperar automáticamente», por lo que «hay que mirarlo en perspectiva y más bien pensar cómo vemos los aprendizajes de este año en el contexto de los del próximo año. Yo creo que el año académico 2020 va a tener que ser un año académico 2020-2021».

Dice que hay que tener presente que no todos los niños regresarán con el mismo nivel de aprendizaje, por lo que se deberán adoptar estrategias diferenciadas incluso al interior de un mismo curso. «Trabajar después de la pandemia nos va a evidenciar mucho más la heterogeneidad del aprendizaje y nos va a demandar diversificación», señala.

Murillo también cree que, una vez que se retorne a las aulas, el trabajo no puede ser «estándar», sino que «mucho más localizado» en las distintas escuelas. El experto propone que se «reorganice el currículum en núcleos temáticos», en que un tema se pueda abordar, al mismo tiempo, desde distintas asignaturas. «Por ejemplo, el tema medioambiental, ahí los contenidos de distintas asignaturas tienen algo que decir (…) o hay temáticas que unen súper bien los contenidos de Arte y Matemáticas, lo que tiene que ver con el análisis de forma», apunta.

Explica que eso «permite ir avanzando en el recorrido curricular de varias asignaturas al mismo tiempo», optimizando el tiempo, además de «conectar los contenidos» y trabajar el currículum desde una perspectiva multidisciplinaria.

El Colegio de Profesores también promueve esa estrategia para nivelar los aprendizajes, una vez que se retorne. Mario Aguilar dice que «hay que pensar en el 2021 en una articulación entre un nivel y otro» y en una «nuclearización, que permite una articulación entre asignaturas». Explica que «se ubican los contenidos que tienen mayor transversalidad entre asignaturas y se trabajan esos contenidos, con lo cual, al nuclearse por áreas de aprendizaje y no simplemente por asignaturas, hay un mayor refuerzo y permite hacer una nivelación de mayor profundidad». Comenta que hay establecimientos públicos que ya lo están utilizando y que «ha sido una muy buena experiencia».

Arratia coincide en que las «experiencias de aprendizaje que vinculen distintas asignaturas» son una buena alternativa para el contexto actual de educación a distancia. «El aprendizaje integrado de distintas asignaturas es más viable para los contextos en las casas, al tener una experiencia que permita desarrollar distintas habilidades», señala.

1 Comentario

  1. A que llaman nuclearizacion como termino a lo nuclear del contenido no entiendo como lo usan o lo dicen

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