Jurista, diplomático, poeta y ensayista, Armando Uribe no titubeó en disparar sus dardos contra la hipocresía, la injusticia y la mediocridad. Su obra poética aborda temas como la muerte y el dolor, desde la indignación y el desgarro.
Falleció en la madrugada del día 23 de enero de 2020.
Armando Uribe fue, para el observador de la sociedad chilena surgida después de la dictadura militar, un ave rara. Y es que este jurista, exdiplomático, poeta y ensayista se convirtió en una suerte de vigía de la conciencia nacional, disparando sus dardos sobre la hipocresía y la injusticia que, según él, campea en nuestro país.
Célebres fueron en este sentido sus cartas abiertas a personajes de la vida pública, y lo mismo sucedió con El accidente Pinochet, diálogo que el poeta mantuvo con el filósofo Miguel Vicuña durante el proceso judicial al que Pinochet fue sometido en Londres tras ser arrestado por la policía británica.
Para Uribe Arce la rabia era el motor de una actitud vital que no deja de indignarse ante el estado de cosas que le tocó vivir, y que se expresa con potencia tanto en sus ensayos como en su poesía.
En esta última, la voz de Armando Uribe se vuelve un desgarro para enfrentar las constantes de su obra poética: el dolor, la persistencia de la muerte, el asombro ante la divinidad. De esta madera están hechos libros como Odio lo que odio, rabio como rabio (1998), el volumen doble que contiene Los ataúdes y Las erratas (1999), y Contra la voluntad (2000), dentro de su producción más reciente, y los poemarios Transeúnte pálido (1954), El engañoso laúd (1956) y No hay lugar (1970), libro de amor y angustias dedicado a su esposa Cecilia Echeverría. Destacan tambien: Pound (1963), Por ser vos quien sois (1989), Las críticas de Chile (1999) y El fantasma de la sinrazón & El secreto de la poesía (2001).
En la vida de Armando Uribe, quien nació el 28 de octubre de 1933, las letras fueron una constante, ya sea a través de su obra poética, de sus ensayos políticos y literarios -como Léautaud y el otro– o de sus escritos jurídicos e históricos, entre los cuales destaca El libro negro de la intervención norteamericana en Chile(1974), publicado originalmente durante su exilio en Francia y que estuvo durante largos años prohibido en nuestro país.
Armando Uribe utilizó en su obra el sarcasmo como arma de ataque y defensa en un mundo que se le hacía ajeno e incomprensible. Hombre de principios firmes, la trayectoria de Uribe Arce resultó impecable en prácticamente todos los ámbitos en que se desempeñó, desde la docencia a la poesía, de la diplomacia hasta la jurisprudencia.
Es por eso que este poeta y exembajador del gobierno de Salvador Allende en China, despertó un abierto interés tanto por su obra como por su opinión, lo que se ha expresado en numerosos comentarios críticos, entrevistas y notas de prensa. Y es así como Uribe, citando al escritor Pablo Azócar, se convirtió en «un imprescindible en este país de pesos ligeros e intelectuales que se llenaron de telarañas en una carrera sorda de dinero y fama y poder», llegando a ser distinguido el 30 de agosto de 2004, con el Premio Nacional de Literatura.
Falleció en la madrugada del día 23 de enero de 2020.