Bullying: un problema que nos compete a todos

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El bullying o acoso escolar es una realidad, no solo en Chile, sino en toda Latinoamérica.

Es un problema social que no podemos ignorar, porque afecta de distintas maneras a los niños/as en crecimiento, por lo que es necesario que todos tomemos acciones para erradicarlo.

Pero, ¿qué es el bullying? Según el psicólogo Dan Olweus, “es cuando un alumno es agredido o se convierte en víctima cuando está expuesto de forma repetida y durante un tiempo. Lo puede aplicar un solo compañero (de clases) o entre varios”.

Sabemos que no es un problema nuevo, los que somos adultos en algún momento fuimos víctimas o agresores o testigos de casos de acoso escolar; pero debido a que en los últimos años las denuncias o consecuencias de este han incrementado, se ha hecho más visible.

Sin embargo, es necesario aprender diferenciar lo que es y no es bullying, porque no todo lo es.

Bullying o acoso escolar es cuando:

  • Se realiza siempre sobre el mismo niño/a.
  • Se produce entre iguales.
  • Se repite a lo largo del tiempo.
  • Existe un desequilibrio de poder físico, social o psicológico entre el acosador y su víctima.

Entre los ejemplos que podemos tener sobre ello es:

  • Cuando los niños se burlan reiteradamente de otro por su apariencia física, padecer alguna discapacidad, su clase social o sexualidad.
  • Cuando el acosador le pide a los demás que no se junten, hablen o sean amigos de otros, acusándolo de algo que puede ser mentira, aislándolo de todos sus compañeros.
  • Cuando el acosador o acosadores escriben mensajes en redes sociales o por servicios de mensajería, en reiteradas ocasiones, burlándose o insultado a la víctima.
  • Cuando se empuja, patea o agrede a la víctima cada vez que está solo/a.
  • Y más.

La repetición de alguno de estos tipos de acoso, pueden tener consecuencias graves que van desde secuelas psicológicas o físicas, hasta el suicidio y por eso, es muy importante tomar acción y evitar que esto siga ocurriendo.

En cifras

Para ponernos en contexto sobre el crecimiento de los casos de acoso escolar, tenemos diversos estudios que arrojaron cifras alarmantes.

  • Sistema de Aseguramiento de la Calidad de la Educación – Simce (2017): 4 de 10 alumnos en Chile, han sufrido algún tipo de discriminación en el colegio, la mayoría por características físicas, rasgos de personalidad, formas de vestir, ritmo de aprendizaje y sexo. En ese año, casi 270 mil niños/as en edad escolar, fueron discriminados en el país.
  • ONG Internacional Bullying Sin Fronteras (2018): realizaron un estudio, en el que demostraron que, en 18 países de Latinoamérica, 7 de cada 10 niños son víctimas del bullying. “En América Latina el 70% por ciento de los niños son directa o indirectamente afectados por el acoso en la escuela”, dice. A su vez, destacan que entre los países con gran cantidad de casos son: México, Costa Rica, Chile, Brasil, Paraguay, Argentina, Perú, Honduras, Guatemala y República Dominicana.
  • Superintendencia de Educación (2019): en dicho año se recibieron 12.016 denuncias, de las cuales 5.737 fueron por maltrato a estudiantes y 1.740 casos fueron de maltrato físico entre alumnos.
  • Unesco (2019): en su informe “School violence and bullying: global status and trends, drivers and consequences”, indican que uno de cada tres estudiantes entre los 13 y 15 años ha sido acosado.
  • Cadem (2019): reveló que el 37% de la población chilena ha sido víctima de acoso escolar.

Como se ha evidenciado, este problema no parece disminuir y aunque estemos atravesando una pandemia, las denuncias continúan realizándose, ya que el ciberbullying no se ha detenido.

¿Qué podemos hacer?

El acoso escolar no va a desaparecer de la noche a la mañana y por sí solo. No, se necesita el accionar de toda la comunidad educativa. Desde los padres, madres o apoderados, hasta los maestros/as, directores y encargado de Convivencia Escolar.

La erradicación de este problema empieza desde la familia, porque en el hogar se debe enseñar al niño que las burlas, insultos o violencia física no son la solución a nada, o que lo diferente no es malo, sino que hay que tener empatía, compañerismo y otros valores que creen una buena convivencia.

En las escuelas se requiere de profesionales que cuenten con las herramientas necesarias para la resolución de conflictos, detección de abusos, seguimientos y más. Así como la asesoría psicológica y legal que requiere cada caso.

Incluso, hoy en día tenemos herramientas como la que provee Stop Bullying Chile, la cual es un sistema de denuncias para los niños/as, pero también uno de registro y seguimiento para el colegio, que no solo ayuda a la víctima, sino también a la gestión de la institución.

¿Qué pasará si no hacemos algo? Los casos irán en aumento así como las consecuencias graves y hay que recordar que esos jóvenes son los adultos del mañana, por lo que debemos procurarles un buen desarrollo.

Este es un tema muy extenso del cual continuaremos hablando en las siguientes ediciones de esta columna, porque la tarea es informarnos, para luchar juntos contra este problema, porque sí se puede, con compromiso y dedicación lo lograremos.

 

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