En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, Ciudadano ADN conversó con Maritza Bustos, Premio Mujer Impacta 2019, quien se convirtió en terapeuta de niños con autismo luego de tener al suyo, hoy de 20 años de edad.
Fuente: ADN Radio.
Premio Mujer Impacta 2019, Maritza Bustos es psicóloga y mamá de un niño con autismo, y dio un giro en su vida trabajando con ellos utilizando la terapia de conducta aplicada (ABA). En días complicados para las personas con autismo y sus familias, a raíz de la emergencia producto del coronavirus, Maritza conversó con Ciudadano ADN sobre su experiencia y sobre la atención que la sociedad debe tener con esta condición cuando, este 2 de abril, se celebra el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo.
“Los chiquillos tienen tendencia a estructurar y mantener sus rutinas. A ellos les ha afectado, se alteran, se ponen ansiosos”, comentó. Mientras, sus padres deben obtener salvoconductos especiales para sacarlos a pasear en el auto “y que se puedan calmar. Para ellos es una doble presión que tienen encima”.
Maritza recordó que en el autismo, a diferencia de otras condiciones, el niño no presenta ningún rasgo, “entonces a la gente le cuesta entender, y muchas veces los papás son increpados, y por mucho que expliquen, no son comprendidos”. Además, con esta situación de encierro el cuidado es doble, porque “tienen una salud bastante delicada, más difícil que abordar que la de un niño neurotípico, porque no tienen la misma evolución”.
Una de las actividades de Maritza durante esta emergencia es invitar a las familias con niños con autismo a enviar un saludo por las redes sociales, haciéndose presentes en el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo. Una visibilización que se vuelve necesaria en una sociedad donde “es una situación desconocida. Dicen ‘ah, como el de la película’, y no es así, no todos son iguales. Cada uno tiene características tan distintas uno del otro. Hasta a las familias se nos hace difícil comprender los comportamientos”.
Hoy, los niños con autismo han tenido que parar sus terapias producto de la emergencia sanitaria, procesos “que son fundamentales, no pueden continuar con su estimulación”. Por eso, Maritza está dedicada a asesorar familias por videollamada. “Si bien es muy fuerte el remezón que nos tocó vivir, siempre algo sucede, después sacamos la suma y la resta y nos permite dar tiempo para disfrutar con nuestros hijos”.
La propia Maritza dedica estos días de confinamiento a cuidar de su hijo con trastorno del espectro autista, de 20 años, aunque solo ejerciendo su rol de madre. “Cuando quise ser terapeuta de mi hijo, y además madre, lo único que hacía era confundirlo. Cuando estoy jugando con él me responde más rápido que cuando soy su terapeuta”, contó.
Para estimular a niños con autismo, Maritza recomendó “cuando son pequeños, actividades a través del juego; y para los más grandes, rutinas de casa, que participen en poner la mesa, levantar los platos o clasificar la ropa”.