Iniciativa medioambiental fomenta la educación de niñas y adolescentes para combatir la crisis climática

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Iniciativa medioambiental fomenta la educación de niñas y adolescentes para combatir la crisis climática

Constanza Menares – El Mercurio

El proyecto, que cuenta con el apoyo de universidades y fundaciones, y reúne virtualmente a 600 participantes chilenas y de otros países hispanohablantes, releva temáticas como consumo responsable y conservación de bosques. La idea es que apliquen estos aprendizajes y generen impactos positivos en el planeta.

“Pasar de la pancarta a la acción”. Esta es una de las consignas de la Academia Climáticas, iniciativa medioambiental que, a través de la educación, busca que niñas y adolescentes se empoderen y transformen en agentes de cambio para combatir la crisis climática.

¿Cómo espera lograrlo? A través de clases y charlas de expertos, dos veces por semana hasta junio y de forma virtual, sobre temáticas como consumo responsable, ecofeminismo y conservación de bosques. La primera sesión, llevada a cabo a fines de marzo pasado, logró reunir a 600 participantes —de entre 12 y 25 años, siendo 19 el promedio de edad— provenientes de Chile y otros 15 países de Latinoamérica y el Caribe, tales como Costa Rica, El Salvador y México.

“Nos impactó mucho y nos hizo muy felices (el número de inscritas). Climáticas tiene perspectiva de género y visibilizamos talentos con propósito, queremos que las participantes aprendan hoy que la educación es un pilar fundamental para entregar herramientas y espacios para cuestionarse cómo funciona la sociedad y cómo mejorarla. Que sepan que nunca están solas y que ellas no son solo futuro, sino que también presente”, explica su fundadora, Julieta Martínez (17), líder del colectivo “Tremendas”, que acoge la iniciativa.

“El mensaje que queremos transmitir es que tener menos de 18 años no significa que tu voz no importe. Al contrario, es importante que estés presente, porque todas las decisiones que se tomen hoy afectarán tu mañana”, añade la estudiante.

Universidades como la Católica, de Chile y Adolfo Ibáñez están colaborando con el proyecto. También son parte, entre otras, Fundación Meri, Corporación Cultiva y Acciona, quienes tienen el compromiso de lograr, en conjunto, los impactos sociales esperados en materia medioambiental.

Cambios reales

Carmen Tapia (14), de Santiago, es una de las participantes. Se unió porque “hace harto tiempo me interesan temas como la sustentabilidad y el cambio climático, pero me faltaba informarme y así encontrar formas de generar cambios. Cuando me enteré de la academia me interesó mucho y supe que sería una tremenda oportunidad”, cuenta.

Sobre su experiencia, la escolar dice que esta ha sido “increíble, emocionante, interesante y enriquecedora. El ver a otras jóvenes con ideas parecidas a las mías y con ganas de cambiar el mundo ha sido súper esperanzador”.

Y es que, tal como reza el lema de Climáticas, el objetivo es no quedarse solo en lo teórico, sino que trabajar colaborativamente para planificar proyectos concretos que generen un impacto positivo en el planeta.

“La finalidad es poder medir cuántas emisiones de CO2 podemos reducir. La meta (del total de los proyectos de las participantes) son 1,8 toneladas de CO2, es súper ambicioso, pero factible”, asegura Martínez.

“Las clases (realizadas por profesores universitarios y otros especialistas) se tratan, por una parte, de entender el cambio climático, qué es, por qué ocurre y cómo nos afecta. Y por otra, trabaja el liderazgo, que seamos capaces de tomar el problema y hacer algo”, cuenta desde Coyhaique Jesse Palma (18), quien se inscribió en la academia por curiosidad, porque quiere estudiar una carrera relacionada y quería asegurarse de que efectivamente le gustara.

“Hemos tenido charlas de expertos sobre reciclaje, océanos y otras temáticas. También clases magistrales; la última, por ejemplo, sobre liderazgo femenino e inequidad de género”, precisa Camila Letelier (24), quien desde su casa en Rancagua participa de la iniciativa.

“Mi experiencia ha sido súper enriquecedora, hay cosas que ya sabía, pero que he podido complementar y profundizar. Pero también hay otros temas que me han llamado mucho la atención, y sí he aprendido. Además estamos haciendo un proyecto y eso ha sido súper lindo, porque nos juntamos en grupos (aleatoriamente) y son niñas de diferentes regiones, edades y realidades, todas muy comprometidas con el tema”, finaliza.